Federico, un mosquito equilibrista.

         trabaja en la cuerda floja

         bajo la carpa de un circo.  

Un pie se le resbaló, y ...

¡Cataclín cataclón!

Federico se cayó.

una blanca y cinco negras.

Le pregunta doña rana:

¿Cómo caiste si vuelas?

Señora rana: el contrato

que me hicieron en el circo

tenía dos apartados,

uno para los insectos

y otro para los humanos 

Si eres insecto

tienes que atarte muy bien las alas,

porque al dominar el elemento aire

lo de caminar por la cuerda

no tiene mérito. 

Y ya ve, yo en picado, por los aires

en dirección hacia el suelo

haciéndome picadillo.

Quizás, esto sea un castigo

por haber picado a un niño,

anoche, mientras dormía.

Pero ¡ésa es faena mía!,

molestar a los durmientes,

probar su sangre caliente

para llenarme la tripa. 

Luego me entró el gusanillo

de debutar como artista,

y ya ve como me ha ido,

me di de culo con la pista.

La pata se me rompió,

las alas se me doblaron,

ya ve las llevo zurcidas. 

¡Ay!¡Que dura que es la vida!

para un día que vivimos,

eso, si lo conseguimos,

esquivando insecticidas

o las charcas con sus ranas. 

 No se duela doña Ana (la rana)

ya sé que es usted mi amiga,

gracias al yeso y a los hilos

que caen mal y se indigestan en su sensible barriga.